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Vida Natural. Jordi

Hipotiroidismo-Hipertiroidismo

Hipertiroidismo e hipotiroidismo 

La glándula tiroides se sitúa, en forma de mariposa, en la parte anterior del cuello, delante de la tráquea y bajo la nuez de Adán. Gracias a ella, nuestro cuerpo fabrica las hormonas tiroideas (T3 y T4) que regulan prácticamente todas las funciones del metabolismo, siendo necesarias para el desarrollo del cerebro durante el primer año de vida. Las alteraciones en esta glándula pueden producir hormonas tiroideas en exceso –hipertiroidismo- o por defecto –hipotiroidismo-. 

1. Causas

2. Síntomas

3. Diagnóstico

4. Grupos de riesgo

5. Alteraciones de tiroides y embarazo

6. Tratamiento


  1. Causas 

Causa. La carencia o exceso de hormonas tiroideas originan el hipo e hipertiroidismo.

La tiroides necesita del yodo para fabricar la hormona tiroidea levotiroxina (T4). Sin embargo, cuando el nivel de yodo es excesivo, también lo será posiblemente el número de hormonas tiroideas. En cambio, si la dieta seguida por el paciente presenta carencias de yodo, el resultado puede ser el de hipotiroidismo.

Por ello, en países en los que el agua no es rica en yodo, convendría que durante el primer año de vida se completase la dieta con complementos que supla la falta de dicho yodo.

Aunque las causas del hipertiroidismo pueden ser muy variadas, en el 97 por ciento de los casos, el exceso de la función tiroidea viene provocado por la enfermedad de Graves –autoinmune- o bien por el bocio nodular tóxico (o nódulos tiroideos, normalmente benignos) que se vuelven autónomos y provocan la sobreproducción de hormonas.

En el caso del hipotiroidismo, también la principal causa para su desarrollo es una enfermedad autoinmune conocida como enfermedad de Hashimoto, una clase de inflamación tiroidea que puede afectar al ritmo del corazón, aumentar el colesterol y produce una situación que rara vez alcanza una gravedad importante. 


  2. Síntomas 

Hipertiroidismo. Observamos el abultamiento en la cara anterior del cuello.

Cuando la glándula tiroidea no produce la cantidad suficiente de hormonas para el organismo, se trata de hipotiroidismo.

Quizá algo más fácil de identificar es el hipertiroidismo, que se produce por un exceso en la función tiroidea.

En el caso del hipotiroidismo, los síntomas son:

- Disminución del rendimiento intelectual o capacidad cognoscitiva.

- Falta de fuerza muscular.

- Relajación retardada del reflejo tendinoso.

 

En el caso del hipertiroidismo, los síntomas más comunes son:

- Abultamiento en la cara anterior del cuello.

- Afectación ocular.

- Inquietud, nerviosismo e irritabilidad.

- Taquicardias cuando se está en reposo.

- Intolerancia al calor.


   3. Diagnóstico 

Muchos de los síntomas relacionados con estas enfermedades son en realidad alteraciones inespecíficas (comunes con otras patologías) y se presentan de forma escalonada a lo largo del tiempo, por ello, se trata de un diagnóstico difícil de realizar que no hay que confundir con un cuadro de ansiedad o depresión.

De cualquier modo, una vez que el médico general recibe consulta en alguno de estos sentidos bastará realizar un análisis de sangre para determinar los niveles de TSH (siglas en inglés de la hormona estimuladora de la tiroides) y de T4. Si los niveles de TSH son bajos se corresponde con una hiperfunción de la glándula, mientras que niveles altos indican hipotiroidismo.

Una vez diagnosticada la enfermedad y tras aplicar el tratamiento adecuado, se consigue controlar la patología en la práctica totalidad de los casos, se trate de hipertiroidismo o de hipotiroidismo.


  4. Grupos de riesgo 

Mujeres. Tienen más riesgo de padecer un problema de tiroides que los hombres.

Por razones que se desconocen, las mujeres tienen un mayor riesgo de padecer cualquiera de estas dos alteraciones de la tiroides.

El porcentaje en la edad adulta de padecer hipotiroidismo es de cinco mujeres frente a un hombre, mientras que en el caso del hipertiroidismo, la proporción es de tres mujeres frente a un hombre si la hiperfunción es causada por un nódulo y de ocho mujeres frente a un hombre si la causa es la enfermedad de Graves.

Además, las enfermedades de la tiroides provocadas por el propio sistema inmunológico de la mujer (autoinmunes), aparecen en mayor medida en el periodo inmediatamente posterior a dar a luz.

 

  5. Alteraciones de tiroides y embarazo 

Complicación. Un problema de tiroides en el embarazo no tiene por qué causar complicaciones.

Tanto el exceso de función tiroidea como la falta de la misma, sea la causa del tipo que sea, no permite que haya la suficiente actividad nutritiva de la mucosa del útero, lo que dificulta la implantación del óvulo. Así, el índice de riesgo de aborto en el primer trimestre es mayor para una mujer que sufra alteraciones en la glándula tiroides que en la media de la población.

Sin embargo, éste no debe de ser un motivo para que la mujer con esta patología desista en su idea de quedarse embarazada. En ningún caso conviene "medicalizar" la decisión, bastará con que en el momento del parto le asista un equipo de médicos especializados en neonatología. Una simple prueba en el talón del recién nacido será suficiente para determinar la función tiroidea del pequeño.

En el caso de que la alteración tiroidea que sufre la madre sea causada por la enfermedad de Graves, su hijo tendrá anticuerpos que estimulen la tiroides puesto que la madre habrá transmitido al feto su experiencia inmunológica durante los últimos días de gestación.

Aunque el bebé nazca con hipertiroidismo o hipotiroidismo, el tratamiento médico que recibirá será conservador y en ningún modo agresivo. Tan sólo es probable que se desaconseje a la madre la lactancia puesto que sus anticuerpos también se encuentran en la leche materna y el aparato digestivo del recién nacido no está preparado para ello.


  6. Tratamiento 

Para controlar el hipotiroidismo, la terapia más eficaz será la de administrar la hormona tiroidea levotiroxina (T4) en su forma sintética hasta conseguir normalizar la cifra de TSH y corregir la escasa producción de hormonas. Se trata de un tratamiento sencillo cuyos resultados debería de notar el paciente en pocos meses, pero que seguramente deberá de seguir a lo largo de toda su vida.

Por otra parte, el grado de hipertiroidismo que afecte al paciente y el motivo de la alteración determinarán el tratamiento a seguir. De cualquier modo, y aunque no exista una dieta específica que pueda aplicarse en general a estos pacientes sino que debe elaborarse en función de cada caso específico, sí debe de llevar una alimentación exenta de sal yodada.

Asimismo, si la causa de la hiperfunción es la enfermedad de Graves, el enfermo deberá tomar preparados antitiroideos que controlen la función tiroidea cuando se produzcan los brotes de hiperfunción.

Si el origen del exceso en la producción de hormonas tiroideas se debe a nódulos tiroideos, se les aplica yodo radiactivo para eliminarlos y reducir así la actividad de la tiroides hasta alcanzar un grado normal. Sólo en el caso de que el bocio nodular tóxico cause compresión sobre la tráquea se aconseja la cirugía para solucionar el problema.

 

Tratamiento Ortomolecular:  HIPERTIROIDISMO

Yodo 450 ug

Fórmula Multinutriente

Complejo de Vit. B alta potencia  50 gramos, con comida y cena

Vitamina C : 3.000 Mg

Aceite de Borraja :  22o mg de GLA

Aceite de pescado: 310 Mg de EPA

Lecitina de Soja: 1.200 mg con alimentos grasos

Vitamina E 400 U.I con la cena

 

Tratamiento Ortomolecular : HIPOTIROIDISMO

Yodo 300 Ug. Hasta restablecer los niveles normales de la hormana tiroidea. posteriormente pasar a 150 ug

L-Tirosina: 500 mg en ayunas

Fórmula Multinutriente; Según indique.

Vitamina C : 1.000 mg.

 

Evitar Nabos, coles, soja, cacahuetes, piñones, mijo.



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